¿Cuerpo 10 para el verano?

¿Cuerpo 10 para el verano? Empezamos agosto, y con él puede aparecer la duda de qué ropa meter en la maleta. ¿Pantalones cortos? ¿O largos que disimulen las piernas? ¿Camisas mejor de manga larga para ocultar los brazos? ¿Llevo bikini o bañador? Aunque nos sabemos bien la “lección” de que no nos tiene que importar cuanto pesemos, o cuánta celulitis tengamos, siempre que llega el verano aparece esa sensación de que debemos ocultar las partes que más nos causan complejo.

¿Por qué nos avergonzamos de nuestra imagen y nos comparamos con otros continuamente? La idea que tenemos de nuestro cuerpo está compuesta por diferentes factores: biológico, psicológico y socio- cultural- ambiental, siendo este último el más influyente de todos.

Por desgracia, se nos ha inculcado, sobre todo a las mujeres, que nuestra valía está relacionada de manera proporcional con lo perfectas que consigamos estar: tener un cuerpo delgado y esbelto, cara perfecta sin maquillaje, pecho firme, no tener celulitis,… Si no alcanzamos el canon de belleza impuesto por la sociedad, sentimos que no somos lo suficiente y tendemos a avergonzarnos de nosotras mismas. Además, por mucho que intentemos acercarnos a este canon, siempre habrá algo que creamos que se puede mejorar todavía más, y nunca llegamos a estar del todo satisfechas. Por ello es importante aprender a ponerse metas en el ejercicio.

Con esto no queremos decir que no debamos buscar mejora. Tener la actitud y la motivación de cambio es muy valioso, ya que buscamos sacar el mayor potencial de nosotras mismas. El problema viene cuando pensamos que el foco de mejora debe estar en cambiarnos a nosotras para adaptarnos a unos cánones de belleza surrealistas, en lugar de buscar salud y bienestar por medio del ejercicio y de una dieta equilibrada y saludable.

El aceptar tu cuerpo no supone conformismo,
supone aceptar que hay partes del mismo con las que
no estoy del todo a gusto pero soy consciente de que
pertenecen a mi entidad física,
 la  que me permite actuar en el mundo externo.
Mi cuerpo es mi casa.

Nos gustaría terminar con una interesante reflexión que compartió una paciente en sesión el año pasado:

“Lo que pienso mucho es en por qué me preocupa mi cuerpo tanto, si a mí me da igual cómo sea el cuerpo de las personas que me importan y que quiero”.

Una posible clave, entonces, podría ser el aprender a querernos y aceptarnos tanto como lo hacemos a la gente que nos rodea. Además, te dejamos un artículo relacionado con este tema: «Cómo manejar los miedos asociados al verano». ¿Sabes la diferencia entre cuerpo e imagen corporal? Te lo contamos aquí.

*ANOTACIÓN:
El texto está escrito en femenino ya que, como se ha escrito anteriormente, somos el sector que más se nos ha condicionado y presionado para cumplir estos cánones de belleza. Sin embargo, este texto también va dirigido a los hombres que puedan sentirse acomplejados al no encajar con el cuerpo musculoso y fibroso que se considera como ideal.



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