La desescalada

Después de haber estado unos meses confinados, empezamos una nueva realidad de manera paulatina. Al igual que nos ha podido parecer angustiante encerrarnos en casa de manera repentina, ahora salir de ella nos puede generar cierta incertidumbre y nerviosismo.

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¿Por qué nos pasa esto?

Hemos asociado nuestra casa como un lugar seguro, confortable, adaptando nuestra rutina al confinamiento durante estos meses. La emoción que más nos ha motivado a enclaustrarnos ha sido el miedo. Su función adaptativa nos ha ayudado a protegernos de la pandemia y a ajustarnos a la realidad consiguiente. Sin embargo, puede que ahora este miedo esté dificultando salir de casa y enfrentarnos a la nueva realidad.

¿Qué puede pasarnos?

Es posible que cuando vayamos a salir, sintamos palpitaciones, mareo, taquicardia… También es posible sentir miedo, culpa y pensamiento anticipatorio a causa de la incertidumbre que genera ir volviendo a la cotidianidad, siendo conscientes de que el virus todavía no ha desaparecido.

¿Qué podemos hacer?

Las pautas que proponemos a continuación tal vez te ayuden a gestionar mejor lo que estás sintiendo. Sin embargo, debes saber que la ansiedad o los cambios de humor que puedes estar experimentando posiblemente no son exclusivamente fruto del enfrentamiento a la desescalada. Tal vez otros factores estén contribuyendo a la aparición de los síntomas, como estrés en el trabajo, preocupaciones económicas, situaciones familiares complicadas…

Nuestra recomendación es que pruebes a aplicar estos consejos y que verifiques si son útiles para ti, incluso puedes adaptarlos para que encajen lo mejor posible con tu rutina:

  • Tiempo para entenderte: muchos de los síntomas que estás sintiendo (taquicardia, mareo, sudoración,…) funcionan como mensajes de alerta por parte de tu cuerpo ante el miedo o desconcierto que sientes. Es habitual que esto suceda, tómate un tiempo para respirar y escuchar a tu cuerpo.
  • Ponte objetivos pero a tu ritmo: si te genera angustia salir a tomar algo con tus amigos, lo menos recomendable es que te pongas como primer objetivo ir a una terraza. Los objetivos deben ser graduales y asequibles. En este caso, por ejemplo, puedes probar a dar paseos alrededor de los bares y conocer cómo están funcionando, así podrás ir cogiendo confianza poco a poco.
  • Escucha a los expertos: son los profesionales de la salud quienes mejor conocen lo que está pasando. Toma nota de las recomendaciones que hacen y utiliza las medidas de seguridad propuestas.
  • Habla sobre lo que te pasa: todos estamos pasando por esta etapa. Poder compartir con alguien lo que estás sintiendo ayuda a que la otra persona pueda comprender por lo que estás pasando. Además, podrás conocer otros puntos de vista que seguramente te hagan pensar de manera diferente.

Y… ¡Recuerda!

Es normal sentir miedo todavía. Nuestro cerebro no es capaz de cambiar el pensamiento y el modo de reacción de manera inmediata, necesita un proceso de cambio gradual. Debe, poco a poco, entender que lo de fuera ha dejado de ser tan amenazante y que ya no es necesario estar tan alerta.

¿Conoces el síndrome conocido como Fiebre de la Cabaña que tantas personas están padeciendo en esta situación? ¿Has sentido tú lo mismo? Además, te contamos cómo ha afectado esta situación a nuestro estado de ánimo en este artículo.



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