¿Problemas con el acné? Tips en alimentación para frenar su avance

El acné se considera una enfermedad crónica, multifactorial y de carácter inflamatorio. Es una afección dermatológica muy común, que puede aparecer en cualquier etapa de la vida, aunque se presenta con mayor frecuencia a lo largo de la adolescencia (80%). Para las mujeres, la edad de mayor incidencia se sitúa entre los 14-16 años, mientras que para los varones se sitúa en los 17-19 años.
Los factores pueden ser tanto genéticos, hormonales o ambientales. La alimentación forma parte de los factores ambientales, y puede modular hasta cierto punto la evolución y el grado.
Por ejemplo, otro factor conocido que interviene en el acné es el tabaco, de manera que los fumadores activos tienen mayor riesgo de presentar dicha afección respecto a los no fumadores. Del mismo modo, la administración de ciertos medicamentos (andrógenos, antitiroideos, barbitúricos, corticoides, derivados yodados, isoniazida, litio, vitamina B12 o vitamina D), cosméticos no «libres de grasa» y algunos productos químicos, influyen en su desarrollo y persistencia.

Existe una gran literatura científica detrás del acné, pero son contradictorios y tampoco resultan claros a la hora de dar recomendaciones prácticas. La alimentación puede modular la aparición y frenar la gravedad del acné, pero no hará que desaparezca por completo sin tratar otros factores como el ejercicio, la gestión del estrés y factores hormonales.
La relación que existe entre los alimentos y el acné se basa en un proceso inflamatorio. Hay ciertos tipos de alimentos que se relacionan con una reducción del acné, como pueden ser:

En general, es más consistente la literatura científica que hay detrás de aquellos alimentos y dietas que influyen negativamente sobre el acné. Por ejemplo, las dietas con altos niveles de grasas y/o ultraprocesados influyen en la producción de sebo: bollería, dulces, azúcar, grasas animales, embutidos, zumos, precocinados, galletas, cereales azucarados, ultra procesados en general; provocan un grado de inflamación cada vez más alto a nivel general y esto puede empeorar claramente el acné.
Si la alimentación es saludable y no se incluyen este tipo de alimentos, así como alcohol ni tabaco, pueden ser útiles las siguientes estrategias:
Dicho esto, queremos lanzarte algunas ideas a modo de reflexión:
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