¿Conoces el síndrome de la rana hervida?

Síndrome de la rana hervida ¿Qué es el “Síndrome de la rana hervida”?. Una analogía muy utilizada para describir el fenómeno en el que ante una situación que genera daños muy lentamente, casi de forma imperceptible, no se reacciona a tiempo como para evitar el daño que supone a largo plazo.

¿Cuál es la parábola de la rana hervida en el libro del autor Peter Senge?

“Si se introduce una rana en una cazuela de agua hirviendo, saltaría fuera de inmediato. En cambio, si se sumerge una rana en una cazuela de agua que aumenta la temperatura muy lentamente, la rana se irá adaptando. El aumento de temperatura será tan lento y progresivo que la rana no podrá ni percibirlo, por lo que para cuando haya peligro, será demasiado tarde. La rana habrá gastado toda su energía en aclimatarse y no tendrá fuerzas para escapar.»

¿Qué es el efecto rana hervida?

La analogía tiene múltiples aplicaciones en escenarios cotidianos. Situaciones de estrés continuado en el entorno laboral, mantener malos hábitos de alimentación, no practicar actividad física y un largo etcétera. Se trata de situaciones en las que el daño a nuestra salud física y mental a corto plazo es tan sutil y paulatino, que nos acostumbramos e ignoramos el efecto acumulado que tiene a largo plazo. Cuando empezamos a percibir las consecuencias negativas y queremos rectificar el problema, el daño ya está hecho.

De hecho, existe el riesgo en el que este fenómeno se convierte en el “modus operandi” de muchas personas que, ante el miedo a equivocarse a la hora de hacer algún cambio y la tendencia a “acostumbrarse”, permanecen estáticos y posponen la toma de decisión.

Síndrome de la rana hervida

¿Qué nos enseña la parábola de la rana hervida?

Pensemos, por ejemplo, en el caso de alguien que está inmerso en una situación de saturación e insatisfacción laboral y más en estos momentos de incertidumbre que estamos viviendo. Posiblemente, el temor a buscar una solución y la inercia de continuar en la misma situación le conduce a refugiarse en su zona de confort, alejándose de poner remedio y poder evitar las consecuencias de permanecer en esa situación.

Socialmente, existe un miedo atroz a fallar. Y es este miedo el que nos paraliza y nos hace posponer la toma de ciertas decisiones. Sin darnos cuenta, no comprendemos que “no cambiar” también es una decisión, aunque las consecuencias sean tan sutiles que se perciban más a largo plazo.

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Desde la división de “Empresa Saludable” ayudamos a las empresas para ofrecer a sus empleados las herramientas de gestión emocional más adecuadas, anticipando el riesgo en caer en este tipo de dinámicas y mejorando, en general, la calidad de vida del trabajador y del entorno laboral.



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